Cuando aún faltan más de quince días para que termine el año, los medios especializados empiezan a publicar las que consideran las mejores fotos de estos doce meses. En la mayoría de los casos, aunque se tenga en cuenta el criterio gráfico, suele pesar más el informativo. Por desgracia, para mi gusto, las guerras, catástrofes y miserias suelen ocupar las primeras páginas de los periódicos dejando para el final o para el cajón de los descartes las noticias que muestran los avances humanos y ayudan a construir más que a destruir. Por eso, en estos resúmenes, predominan las fotos dramáticas. Aún así, sigue resultando interesante echar un vistazo, aunque sea rápido a las que, los editores gráficos, consideran las fotos del año.
Y así podríamos seguir mostrando la selección de los principales medios mundiales sobre lo que, según ellos, son las mejores fotos del año pero imagino que a estas alturas ya os habréis cansado de ver guerras así que interrumpo los enlaces por ahora en espera de que lleguen otros más variados. Y os dejo con una frase de Eugene Ionesco que, creo, ya he compartido en alguna otra ocasión en este blog:
“Siempre hay niños ahogados, ancianos hambrientos, viudas lúgubres,
huérfanos, moribundos, errores judiciales, casas que se hunden sobre las
personas que las habitan, montañas que se derrumban... y matanzas, diluvios,
perros aplastados. Gracias a eso pueden ganarse la vida los periodistas.”
Sí, es un tópico, lo sé. Pero también sé que se demuestra día tras día en casi todos los aspectos de la vida diaría y como no podía ser menos, también en la fotografía. No puedo negar que a todos nos gustaría disponer de una fabulosa cámara fotográfica con todos los avances tecnológicos pero tampoco que "a grandes carencias, grandes recursos". O, dicho de otro modo: que si tengo una cámara pequeña, a ver como me las apaño para lograr buenas fotos y, si sólo tengo un teléfono móvil, intentaré sacarle el máximo partido. Eso debieron pensar los autores de Olive, el primer largometraje realizado exclusivamente con un teléfono móvil. Y no con el popular iPhone, como muchos podrían pensar, sino con el que la mayoría de los fotógrafos consideran la mejor cámara fotográfica de móvil, el Nokia N8.
Aunque el resultado sorprende, tampoco se puede pasar por alto que los autores no se han limitado a sujetar el teléfono como hacemos a diario y disparar sin más, sino que han necesitado unas buenas dosis de imaginación y gadgets para
lograr el máximo rendimiento de esa pequeña cámara, como puede verse en el siguiente video.
Pero como, en mi opinión, lo importante de cualquier creación no es la tecnología utilizada sino los resultados conseguidos, aquí te dejo con los primeros cinco minutos de la película para que saques tus propias conclusiones.
Y ya que hablamos de fotografiar la Luna, vamos a seguir con fotografía nocturna porque el blog The Raw File ha publicado una interesante galería de fotos nocturnas en las que se muestra el trabajo de Scott Martin, un fotógrafo especializado en tomas nocturnas a quien, además, le gusta explicar como las consigue. Tanto la colección de fotos como el vídeo de su forma de trabajar resultan especialmente interesantes para quien aún piense que la fotografía nocturna se reduce a captar la foto de la playa con las luces del pueblo reflejadas en el agua.
Varias veces ha surgido en clase el debate sobre la dificultad de fotografiar la luna con equipos fotográficos aficionados. En estos casos, siempre he recomendado buscar alternativas en la composición para lograr una foto interesante aunque nuestra lente no logre acercarse al objeto deseado. Con motivo del eclipse lunar del pasado 10 de diciembre, The Big Picture nos muestra una interesantísima galería de fotografías con la luna como protagonista. Aunque en algunas tomas el equipo fotográfico sí ha jugado un papel importante, la mayoría de los ejemplos destacan por la imaginación, la observación y la destreza a la hora de componer. En cualquier caso, la selección merece la pena así que disfruta con la visita.
