Para un aficionado a la fotografía la lista de deseos no para de crecer por más que, de vez en cuando, tachemos alguno. Por eso y porque no están los tiempos para andar gastando en caprichos, la segunda clase de nuestro "campus de verano" la dedicamos al bricolaje fotográfico, para aprender a fabricar nuestros propios accesorios con materiales reciclados. Filtros de colores, modificadores del bokeh, difusores para el flash, trípodes de bolsillo... y después comprobamos que funcionan tan bien como los comprados.
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