jueves, 8 de noviembre de 2012

Sobre fotoperiodismo, Instagram, Photoshop y la madre del cordero

Una revista tan prestigiosa como Time, decide cubrir el reportaje sobre los efectos del Huracán Sandy utilizando Instagram y su galería se convierte en una de las más populares jamás publicada. Ante esta realidad surgen varias preguntas. La primera ¿Por qué el editor toma esa decisión? Y después ¿Qué es lo que llama tanto la atención de este tipo de fotos?
En este caso, al menos, el encargo fue realizado a fotógrafos y el material fue revisado por profesionales antes de su publicación, como corresponde a un trabajo profesional. El problema surge cuando personas sin criterio y sin rigor se dedican a difundir imágenes con la intención de confundir, impresionar o generar una opinión que distorsiona la realidad. Y cuando una noticia, como la mencionada catástrofe, sucede en una ciudad como Nueva York, en la que a la vuelta de la esquina aparecen cientos de usuarios con aparatos de última tecnología pero sin conocimiento alguno de comunicación y con muchas ansias de gloria, los resultados pueden ser tan catastróficos como el propio huracán. Sin víctimas, por suerte. Hasta tal punto se llega que The Atlantic ha tenido la idea de publicar un reportaje para diferenciar los bulos (algunos muy burdos) de las realidades.
No seré yo quien deje escritas las conclusiones aquí, que cada lector reflexione a partir de las evidencias y  obtenga las suyas propias pero, mientras pienso las mías, me quedo mirando las fotos realizadas por profesionales y enviadas por las agencias a prestigiosos diarios internacionales: InFocus the The Atlantic, The Big Picture del Boston Globe (otra más de BP).


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