Tras la agradable sorpresa que me ha producido disfrutar del trabajo realizado por fotógrafa
Irina Werning, no tengo más remedio que
compartirlo. Esta mujer se ha dedicado a reconstruir fotos antiguas exactamente igual que fueron tomadas en origen cambiando únicamente, como es lógico, el aspecto del sujeto fotografiado. El trabajo ha sido tan minucioso que, se ha tomado la molestia de reproducir incluso los efectos del envejecimiento del color y los deterioros de los originales. Merece la pena darse una vuelta por
el resultado.
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