A pesar de que nos pasamos la mitad de nuestra vida de fotógrafos intentando acumular equipo más grande, más nuevo, más potente, a la hora de la verdad lo que más nos gusta es viajar ligeros de equipaje y con una cámara siempre a punto. Esto se vuelve más cierto cuando necesitamos pasar inadvertidos y nuestra cámara, lejos de ser protagonista, ha de parecer inexistente. Consciente de ello, cuando el cámara del New York Times, Stephen Farrell, se planteó cubrir las revueltas de Egipto estudió la manera de reducir su equipo al mínimo. El resultado nos lo cuenta en este artículo titulado
"Qué no llevar a la plaza Tahrir". Interesante.
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